Entrevista con Patricia Morueco, autora del libro “Silencio poético”
Patricia Morueco es una mujer polifacética. Actriz, directora, cantante, compositora y, ahora también, escritora. La madrileña debuta en el mundo literario con la obra “Silencio poético”. Editado por Aliar ediciones, el libro incluye una selección de 65 poemas y unos 70 aforismos escritos por la autora durante los últimos 20 años. En sus más de 170 páginas, el lector profundizará en la crítica a “una sociedad y un sistema que nos ahoga a todos”, la búsqueda de justicia, el erotismo, los sueños y el dolor hasta llegar al amor más puro y sincero.
La presentación oficial tendrá lugar el jueves 31 de marzo en la sede de la SGAE en Madrid a las 18h en un emotivo acto. Hablamos con Patricia para que nos cuente más detalles sobre el poemario y saber cómo será esa presentación.
– ¿Cómo surge “Silencio poético”?
Creo que el “Silencio poético” es ese espacio de conexión que tenemos con nuestra alma para que exprese, ese lugar desde donde nace el arte. Estaba releyendo “El principito” por quinta o sexta vez, que dice que lo esencial es invisible a los ojos.
La poesía y la filosofía surgen de lo esencial y captan lo esencial, por eso son tan necesarias. Nos invitan a reflexionar y a estar en un cuestionamiento constante, requisito imprescindible para crear arte y una sociedad basada en valores.
– ¿Por qué has llamado a tu obra “Silencio poético”?
Cuando compilé los poemas que tenía escritos en cuadernos surgieron varios nombres. “Silencio poético” fue el último de ellos y el que creo que englobaba más esta primera etapa de mi vida.
– ¿Qué querías reflejar en la obra?
Los diferentes estados del ser humano: el amor, el desamor, el cuestionamiento de una sociedad y un sistema que nos ahoga a todos. Ese mismo sistema que permite incluir a unos y excluir a otros, que dice que algo es mejor que otra cosa. Hablar del mundo de la mujer y de lo que representa ser mujer. De la oscuridad y la luz del ser. De lo divino y lo humano.
¿Cómo se mide el amor? ¿Quién es capaz de darse cuenta de lo que el amor produce en la vida de otra persona que recibe? ¿Qué sucede cuando no se recibe?
- “Silencio poético” es una recopilación de poemas que has escrito durante las dos últimas décadas. ¿Hasta qué punto te identificas con ellos a pesar del tiempo transcurrido?
Con el tiempo maduramos. Aun así, es lindo porque son partes de mí. El enfoque para comprenderlo es que las mujeres vivimos en un ciclo constante. A veces estamos más vitales y joviales, otras más maduras y maternales, otras más sexuales y otras parece que somos como una anciana experimentada. Todas esas partes están representadas en el poemario y se personifican para hacer la representación teatralizada en diferentes voces.
Creo que con el tiempo vamos madurando y el amor ya no duele tanto cuando falta. Tampoco te lleva a un éxtasis constante y por suerte vamos sanando esos contrastes, equilibrándonos. En la deconstrucción de ese amor romántico que nos han vendido, que está tan lejos como la felicidad u otras cosas y se disfraza de lo que no es… ¿Dónde está el amor? ¿Lo sabéis? Nos enseñan que todo está fuera de nosotros, lejos e inalcanzable, y la verdad es que está dentro.
Cuando bajas un poco el amor o la felicidad y dejas de buscar algo alejado del día a día, te permites mirar alrededor, relativizar y ver otras vidas que no son la tuya, dar gracias y conectar con los derechos fundamentales del ser humano y luchar para que otras personas puedan tener a una vida digna y prosperar. Es innato al ser humano. De ahí surge la empatía. Para darte cuenta de esas cosas debes estar siempre fuera de la zona de confort y eso requiere que te cuestiones a ti misma constantemente.
– ¿De dónde viene tu interés por la poesía?
Dicen que de pequeña recitaba subida a las mesas poesías que nos daban en el colegio. Los astrólogos te dirían que de otras vidas, pues tengo a Júpiter y Mercurio en la Casa XII. Para no decir algo tan abstracto, me ayuda a expresar lo que me cuesta a través de la palabra hablada.
– Silencio poético es tu debut como escritora, ¿Cómo lo estás viviendo?
Ha sido un proceso precioso. Desempolvé los cuadernos durante la cuarentena y transcribí los poemas al ordenador e hice una compilación. Amputé algunos de ellos (esta fue la parte más dolorosa; el quirófano no gusta a nadie). Consulté a amigas poetas y gente que me ayudó a tomar una perspectiva sobre la obra, algo que hay que hacer siempre para desapegarnos de “nuestros hijos” y verlos crecer.
No lo envié a muchas editoriales la verdad, pero surgieron varias interesadas. Elegí a Aliar ediciones, la más acorde a lo que buscaba. Estoy contenta con el trato, cómo funcionan, el equipo humano y tienen unas condiciones algo mejores a otras editoriales del sector consolidadas.
No sé en qué parte del proceso aceptamos que todo el mundo vive de la obra de los artistas menos los propios artistas. Hay editoriales que se quedan hasta con los derechos de la obra. Las balanzas están muy desequilibradas. Nosotros somos los que más tiempo dedicamos a que crezca “nuestra rosa”. Por eso no me extraña que haya mucha gente que decida auto publicarse, aunque no se llegue a los círculos de distribución.
– ¿En qué momento te encuentras actualmente?
He empezado a participar en alguna “jam” de poesía, a dar vida a las palabras escritas. He sentido físicamente la timidez que produce expresar algo tan íntimo como es la poesía, dejarla volar y pensar que otras personas puedan querer leer tus poemas y hacerlos suyos. El otro día mi amiga Yaiza me dijo que quería prepararse “Mis ovarios milenarios”, que era su favorito. Todo un honor.
– ¿Cuál ha sido hasta el momento la respuesta del público?
La edición está gustando mucho. A la gente le gusta la separación por silencios, la propuesta, aunque su publicación es relativamente reciente. Hay que dar tiempo a que la gente lo lea y lo pueda digerir para que lo reseñe.
– El jueves 31 de marzo presentarás oficialmente el libro en la sede de la SGAE. ¿Cómo va a ser el acto?
Va a ser un recital poético con violín, tocado por Paula Cerezo, y piano, por Rafael Garcés, que me erizan la piel cuando los escucho. Evocando a los griegos, a la improvisación, a la escucha que sólo puede surgir del silencio poético.
En escena estaremos cuatro mujeres representando esas fases de la mujer que antes nombraba. Serán la gran maestra María José Alfonso, la comprometida y activista poeta Ángeles Fernangómez, la talentosa Celia Monedero y una servidora. Lo estamos preparando con mucho cariño y sois todos bienvenidos a la SGAE el 31 de marzo a las 18h.
– ¿Es difícil escribir poesía?
Cualquier cosa requiere de un proceso de expulsión. Luego la corrección es lo que lleva quizá más tiempo. Hay poemas que nacen ya terminados. Depende mucho. Leer a otros poetas, tener referencias para mejorar la obra, pero sin perder tu estilo, son varios factores. Como todo, son horas de vuelo.
– Además de tu nueva faceta de escritora eres actriz, directora, cantante, compositora… ¿Con cuál de todas ellas disfrutas más?
Siempre me preguntan esto y la verdad disfruto de todo. Son diferentes procesos que salen de diferentes lugares y diferentes hemisferios del cerebro. Me lleva a pensar directamente en uno de los poemas del libro “Ser o hacer”. Creo que persiguiendo “lo inalcanzable” nos perdemos la esencia de quienes somos. La poesía es esencia que nace como el perfume en Egipto, esas civilizaciones antiguas ya lo crearon todo.
Basados en eso, todo es relativo. Así que, es fundamental el proceso de desapegarnos del ego para que “tu ser” pueda contener todo lo que se quiere expresar a través de ti. A veces ese “todo” es mucho más de lo que imaginábamos en un principio. En vez de etiquetarnos llamándonos una sola cosa, es el proceso contrario. Pero vamos muy rápido, nos perdemos el proceso. Parafraseando a Gloria Fuertes, “La gente corre tanto porque no sabe a dónde va”. El que sabe dónde va, va despacio para ir paladeándolo.
– ¿En qué estás trabajando actualmente?
Ando metida en varios procesos de creación en nuevas disciplinas y, como siempre, teatro y cine. Ahora me apetece mucho hacer recitales poéticos y hasta aquí puedo leer.
– ¿Qué proyectos tienes para el futuro?
Mi representante, Paco San José, y yo estamos abiertos a nuevas propuestas.
– Recientemente se ha celebrado el Día de la Mujer. ¿Cuál es la situación de la mujer en el mundo de la cultura?
En este contexto tendríamos que mirar por países. Siempre hablamos de completud porque somos parte de un sistema colectivo. Basadas en eso hasta que no seamos todas libres no lo somos ninguna, ni ninguno.
Para este factor tenemos que tener en cuenta que cada mujer y cada hombre dentro de sí tiene ambas energías y debe tenerlas integradas. Aquí tenemos la ecuación perfecta. Respetar a la mujer es respetar nuestra energía femenina, respetar el sagrado femenino es honrar a la vida. Si no honramos a la vida siempre estaremos en guerra.
Entonces, todo es relativo. No hace tantos años que a Malala la dispararon los talibanes y se libró de la muerte por decir que la mujer también tenía derecho a estudiar. Es latente de una sociedad, ese iceberg está formado por el inconsciente colectivo. De lo que hablamos es lo que ya hacemos conscientemente. El problema es de lo que no hablamos y se lleva en silencio.
Si quieres algo más tangible están las estadísticas. Varios festivales han quitado los premios a mejor actriz. Ahora es a la mejor interpretación, por ejemplo. Si Bette Davis, que recibió el primer premio de honor a una mujer en San Sebastián, levantara la cabeza…. La inclusión no puede significar nunca perder derechos que ya estaban conseguidos. Cada vez que las mujeres avanzamos intentan hacernos retroceder. ¿Por qué? Porque nosotras en el arte y en la vida, protegemos la tierra, la vida y los derechos humanos. Si lo piensas es sencillo. Sólo espero que la lucha no la ganen los y las que no quieren integrarse ni integrarnos…