Entrevista con María Estévez-Serrano, la joven promesa del teatro español
Dicen que nadie es profeta en su tierra. De eso puede dar fe María Estévez-Serrano. La brillante madrileña decidió irse al Reino Unido hace más de una década para luchar por sueño de ser actriz. El éxito llamó a su puerta en noviembre de 2019 cuando ganó el premio a la Mejor Producción Teatral del año y el accésit a mejor interpretación femenina por su actuación en ‘Verde, Agua y Luna’ en los LUKAS (Latin UK Awards). Es una experta en cómo se organiza una obra de teatro.
Ahora María Estévez-Serrano regresa a España con “Amateurs”, una obra de David Roldán Oru sobre los límites del amor con la que espera conquistar al público e impulsar su carrera en nuestro país. Talento y ganas no le faltan.
[Ahora es Tendencia] – Empecemos por el principio. ¿A qué edad supiste que quería ser actriz?
[María Estévez-Serrano] – Bastante pequeña. Yo creo que debía tener siete u ocho años como mucho cuando se lo comenté a mis padres.
– Estudiaste en la escuela de Cristina Rota por donde han pasado grandes actores.
Sí, eso fue mucho después. La primera vez que se lo dije a mis padres, me contestaron que les parecía muy bien, pero que ser actor era un trabajo y que yo como niña tenía el deber de estudiar y, en mi tiempo libre, de jugar. Y que cuando tuviera quince o dieciséis años si quería seguir siendo actriz se lo recordara. Así hice y con esa edad me matricularon en la escuela de Cristina Rota, que ese año abrió un curso para adolescentes.
– ¿Qué te aportó un centro con tanto prestigio?
Fundamentalmente regaron o abonaron esa semilla que había dentro de mí para que siguiera creciendo. Tengo muy buenos recuerdos de aquella etapa.
– ¿Cómo fueron los inicios de tu carrera?
Mi primer trabajo no fue como actriz, sino como asesora de guiones para la productora “Boca boca”. Éramos un grupo muy variopinto de adolescentes que contrataron para que asesorásemos al equipo de guionistas de “Al salir de clase” y que incluyeran muletillas y nuestra forma de hablar, pero no nos hacían mucho caso, éramos mucho más cañeros y macarras que los protagonistas de la serie, así que al final dejaron de llamarnos. (risas)
– Has vivido durante 13 años en Londres. ¿Qué te llevó allí?
Después de Licenciarme en la Universidad Autónoma y compaginar trabajos de todo tipo, desde socorrista a consultora de Recursos Humanos en una multinacional, que me permitieron seguir haciendo audiciones e involucrarme en proyectos de teatro autogestionados, llegó un momento en el que necesitaba salir de ese bucle. Quería vivir, tener experiencias, conocer otras realidades. Para ser actor hay que atreverse a vivir para poder prestar esas emociones a tus personajes. Además, siempre me han gustado los idiomas y quería poder trabajar al menos en dos lenguas diferentes, leer a Shakespeare en inglés… Tenía muchas razones por las que ir a Londres.
– ¿Cómo es la vida en la capital inglesa?
En Londres hay muchas vidas o, dependiendo de las circunstancias, hay muchos Londres. Uno de los primeros trabajos que tuve allí fue limpiando casas. Ese primer trabajo me enseñó cuántas maneras diferentes existen de vivir una ciudad. Nos pasábamos un día entero para limpiar un ático cuyo salón era tan grande que un piano de cola visto desde el otro lado de la estancia parecía una mancha. El Londres de quienes vivían allí no era el mismo de los que trabajábamos allí. Como el Londres del que puedo disfrutar ahora no es el de aquellos primeros años. Son experiencias de las que se aprende mucho y te enseñan a ver la realidad con otros ojos.
– ¿Por qué decidiste estudiar Filosofía?
En casa siempre me han apoyado en mi decisión de ser actriz, pero también me animaban mucho a tener otros estudios porque sabían de lo complicado de la profesión. Además, a mí siempre me ha gustado mucho estudiar y desde pequeña le he dado muchas vueltas al coco.
– ¿Qué tiene que ver la Filosofía con el Arte Dramático?
Tanto la filosofía como la profesión de actriz te ayudan a conocer la naturaleza humana y cómo nos relacionamos con nuestro entorno. Para entender a Platón hay que meterse en su cabeza y comprender sus circunstancias históricas y personales. Eso es también lo que hacemos los actores cuando tenemos que interpretar a alguien, meternos en su cabeza. Para mí ambas cosas están muy relacionadas.
– ¿Qué te ha aportado a tu faceta de actriz? ¿Y en el plano personal?
Lo fundamental es que me ha dado herramientas para analizar el mundo de una manera más crítica. La filosofía me ayuda saber qué quiero contar, pero el cómo lo cuento lo hago a través de la interpretación, la danza o la escritura.
– Desde hace unos meses estás en España con una obra de teatro titulada “Amateurs”. ¿Cuándo la podremos ver?
Hemos estado recientemente en la Muestra de Artes Escénicas de Extremadura (MAE) y en Surge Madrid y hemos tenido muy buena acogida. De momento no tenemos fechas cerradas, pero tenemos una distribuidora estupenda que estoy segura de que en breve nos dará buenas noticias. Pero si alguien tiene interés en contratarnos que no dude en ponerse en contacto con a+ soluciones culturales.
– ¿De qué trata la obra? ¿Cuál es su argumento?
Como su propio nombre indica “Amateurs” significa “los que aman”. El texto de David Roldán habla del duelo de una separación, de los límites del amor, de hasta cuándo estamos dispuestos a amar al otro por encima de nosotros mismos. “Amateurs” cuenta la historia de una pareja que se ama profundamente, pero que se ven abocados a separarse porque a veces el amor no es suficiente. El otro tema sobre el que se desarrolla la obra está relacionado con la salud mental y el trastorno de ansiedad generalizada y cómo esto puede dinamitar el día a día de las personas que lo padecen.
– ¿Qué supone para ti participar en este proyecto?
Para mí ha supuesto muchas cosas bonitas. En primer lugar, volver a subirme al escenario después de la pandemia, porque no había vuelto desde entonces y lo echaba mucho de menos. Me ha dado la posibilidad de volver a trabajar en España y poder pasar más tiempo aquí con mi familia. Además, trabajar con todo el equipo de “Amateurs” es un regalo maravilloso.
– ¿Quiénes son tus referentes en el mundo de la interpretación?
¡Uf! Tengo muchos referentes. Internacionales: Chaplin, Giuletta Massina, Katherine Hepburn, Dustin Hoffman, Isabelle Huppert…Y de aquí, muchos también: Fernán Gómez, Alfredo Landa, Terele Pávez, Pilar Bardem, Blanca Portillo… a Penélope Cruz la admiro mucho también.
– ¿Con qué director o qué actores con los que aún no hayas trabajado te gustaría compartir algún proyecto?
Me gustaría mucho poder compartir algún proyecto con Javier Bardem. El trabajo que ha hecho en “El buen patrón” es alucinante. Y ahora que vuelvo a casa, en teatro me gustaría trabajar con Ignacio García, Laila Ripoll, Félix Estaire, que fue mi profesor en la escuela de arte dramático… Hay muchos directores y directoras con los que me gustaría trabajar, tanto en cine como en teatro.
– ¿Qué te interesa más: el reconocimiento de la crítica o del público?
Sencillamente, poder ganarme la vida con mi profesión.
– ¿Hay algún proyecto o trabajo del que no te sientas satisfecha?
Claro que sí. Es más, normalmente nunca me quedo satisfecha porque soy muy perfeccionista y muy crítica conmigo misma. Por eso me gusta trabajar con directores y compañeros en los que pueda confiar porque si no yo ensayaría o repetiría tomas hasta la extenuación. Y bueno, cuando he trabajado en un proyecto del que no he salido satisfecha por alguna razón, se aprende mucho. Cuando más se aprende es equivocándonos y aprendiendo de los errores.
– ¿Tienes algún otro proyecto además de “Amateurs”?
Sí, tengo varios proyectos que se paralizaron por la pandemia, pero con la incertidumbre actual no terminan de arrancar. Veremos.
– ¿Te gustaría seguir trabajando en España en el futuro o piensas volver al Reino Unido?
Me encantaría seguir trabajando en España. De hecho, estoy poniendo todo mi esfuerzo para que así sea.
– ¿Cuál es el secreto para ser un buen actor?
Creo que es fundamental el saber escuchar. El estar con el otro en la escena. Sin la escucha al compañero el intérprete está perdido.
– Si fueras un producto, ¿cuál sería tu eslogan?
Me gusta mucho una frase de Stanislavski: “No hay papeles pequeños, sino actores pequeños”.
María Estévez-Serrano es uno de esos diamantes en bruto que nuestro país no debería dejar escapar. Estamos seguros de que en los próximos años dará mucho que hablar, y desde Ahora es Tendencia le seguiremos la pista.